No hay casualidades, sino causalidades", insisten en decir los defensores de la responsabilidad humana, convencidos de que las contingencias pueden dominarse. Después de todo, no es fácil encontrar dispositivos totalmente aleatorios. La dificultad humana para construir mecanismos aleatorios convenció a varios de que se podía vencer a la ruleta sin ninguna martingala mágica. Los físicos, que siempre supieron esto, empezaron desde temprano la carrera para conquistar la rueda de la fortuna. A fines de los años 40, el físico Albert Hibbs analizó la mecánica de las ruletas y desarrolló modelos predictivos. Ganó mucho, pero cometió un error definitivo cuando comentó sus hallazgos en televisión y advirtió a los casinos.